domingo, 5 de agosto de 2012

En los Juegos de Amsterdam 1928 inscribiría su nombre con letras de oro en la historia olímpica... pero su historia no termina ahí..

Elizabeth Robinson era una adolescente, cuando pasó a la historia en los 100 metros planos de la olimpiada de Ámsterdam-1928.
La atleta que llegó de la muerte

Elizabeth Robinson, más conocida como Betty Robinson, ha pasado a la historia de los Juegos Olímpicos, por ser la primera mujer en conseguir un oro en atletismo. Fue en Amsterdam 1928, cuando se disputaron por primera vez las pruebas de atletismo para mujeres en los Juegos. Betty Robinson ganó los 100 metros, imponiéndose a las canadienses Fanny Rosenfeld y Ethel Smith sobre la misma línea de meta por un ajustado margen.

Betty Robinson nació el 23 de agosto de 1911 en Riverdale, Illinois. y cómo suele ser habitual entre las mujeres, su entrada en el mundo del atletismo se produjó de una forma casual. Sin tener contacto alguno con el deporte, unos meses antes de la cita olímpica, mientras corría para intentar alcanzar un tren en marcha, fue observada por un profesor de educación física. Su velocidad le llamó particularmente la atención y le propuso empezar a entrenar para mejorar su estilo. Robinson aceptó. Y desde entonces empezó a ganar todas las pruebas en su categoría.

En las olimpiadas de Amsterdam en 1928, estaba tan nerviosa que se puso dos zapatillas de su pie izquierdo. Se cambió y una vez escuchó el pistoletazo de los jueces salió disparada y volvió a parar 12,2 segundos después, con nueva marca mundial, la medalla de oro y fue la primera mujer campeona olímpica en la prueba reina del atletismo.

Pero la historia no comienza todavía, ya que en 1931, cuando se preparaba para defender el título en los Olímpicos-1932, el avión en el que viajaba con una prima se accidentó cerca de la ciudad de Harvey en Illinois (EE. UU.).

El cuerpo de Elizabeth fue puesto en el baúl de un carro y trasladado a una funeraria. Cuando el empleado la iba a preparar para el entierro descubrió que estaba viva. Fue trasladada al hospital, en el que estuvo inconsciente durante siete meses.

Los médicos le pronosticaron que no sólo no podría volver a competir, sino que ni siquiera volvería a caminar. Por culpa de esto no pudo participar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932, celebrados en su país.

Sin embargo, la fuerza de voluntad, sacrificio y constancia en sus ejercicios de recuperación, le permitieron volver otra vez al atletismo y conquistar una nueva medalla de oro en los Juegos de Berlín 1936, formando parte del equipo de relevos de 4x100 metros. No podía competir en la prueba individual ya que, debido al accidente, una de sus rodillas estaba algo dañada y eso le impedía hacer bien la salida agrupada. En cambio en los relevos no había ese problema, al ser la salida lanzada.

Tras los Juegos de Berlín se retiró del atletismo. En 1977 fue incluida en el Salón de la Fama del atletismo estadounidense. Betty Robinson falleció el 18 de mayo de 1999 en Denver, Colorado, a la edad de 87 años, tras haber sufrido cáncer y mal de Alzheimer.

En el parque principal de Riverdale hay una placa que recuerda sus triunfos.

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