domingo, 1 de julio de 2012

La historia de su vida fue corta, pero la de su muerte, aún hoy, trae cola...

En el cementerio Père Lachaise de París, sobre la sepultura de un joven periodista y escritor, hay una estatua tumbada y extraordinariamente dotada, una cuarta más abajo del ombligo.. 
El famoso de la entrepierna

Victor Noir, era redactor del diario La Marseillaise, una publicación antibonapartista. El joven periodista estuvo en medió en una disputa, entre su redactor jefe y un primo de Napoleón III; donde el Bonaparte se ofuscó y mató al mensajero. Cuentan las crónicas que Noir iba a contraer matrimonio al día siguiente.

Noir fue enterrado en el cementerio de Neuilly, y allí quedó sepultado hasta su traslado al Père Lachaise, donde se le había preparado una sepultura de honor.

La estatua que debía presidir la tumba fue encargada al escultor Amédée-Jules Dalou, y el artista, en un arrebato de realismo, decidió representar la escultura tal y como quedó el periodista en el momento justo de su muerte: tumbado boca arriba y con una portentosa erección que se adivina bajo la tela del pantalón.

No se sabe en qué momento ni quién extendió la supersticion de que frotar, besar o rozarse con la entrepierna de la estatua asegura la fertilidad de la tocadora.

Durante varios años, el monumento mortuorio estuvo cercado para evitar actos reñidos con la moral y las buenas costumbres, pero con el tiempo las autoridades se dieron cuenta de que era inútil e incluso peligroso, ya que algunas personas sufrieron heridas al intentar sortear la valla para cumplir con el rito que les daría fertilidad. En la actualidad, la tumba de Victor Noir es una de las más visitadas del cementerio Père-Lachaise, donde REPOSA EN PAZ.

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