viernes, 4 de diciembre de 2009

El procesado recitó el discurso de Marco Antonio del drama «Julio César» en un juicio por una discusión de tráfico el día de Navidad
Una cita de Shakespeare, último alegato de un taxista acusado de romper la nariz a un conductor


Está de moda citar en los juicios las lapidarias frases de la tragedia Julio César de Shakespeare. Hace unos días, el supuesto asesino del alcalde de Fago, Santiago Mainar, emuló las palabras de Bruto: «¿Quién hay aquí tan abyecto que quiera ser esclavo? ¡Si hay alguno, que hable, pues a él he ofendido!».


Ahora, quien recurrió a la oratoria del dramaturgo inglés fue un taxista de Vigo que se enfrenta a un año de cárcel por romperle la nariz a cabezazos al dueño de un Volkswagen Passat, porque le había insultado por aparcar su coche pegado al suyo el día de Navidad del 2008.

El acusado, José Manuel R.R., admitió en el juicio que había golpeado accidentalmente, relató el acusado al juez. El lesionado admitió haberle reñido por aparcar mal, negó los comentarios racistas y dijo que el otro se quitó las gafas antes de golpearle.


Al concluir el juicio, el juez ofreció al procesado la oportunidad de pronunciar el alegato final en su defensa. Este se acercó al micrófono y dijo que se limitaría a reproducir una frase del drama Otelo de Shakespeare. La memoria le jugó una mala pasada porque, en realidad, recitó un párrafo de la tragedia Julio César, del mismo escritor. Se trata del discurso que Marco Antonio dirige al pueblo romano en los funerales de César y en el que acusa a Bruto de asesinar al dictador. «O mal que fan os homes perdura sobre a súa memoria. Frecuentemente, o ben queda sepultado cos seus ósos», dijo el acusado. El juez, impresionado por la erudición del procesado, le preguntó cuál era su profesión. Fue taxista durante 17 años y ahora es un camionero en paro.

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