Devoto esposo y desde hace tres años viudo, el serbio Milan Marinkovic, no
ha podido resistirse al último deseo que le hizo su mujer en el lecho
de muerte y ha cincelado los organos sexuales de su doña, en la lápida
que adorna su tumba, en el cementerio donde descansa.
Cumple la última voluntad de su esposa en una lápida
Su esposa, Velika Krusevica, quería asegurarse de que al morir, él jamás miraría a otra mujer, haciendo que con la lápida, siempre se acordara de ella.
Y desde entonces, este viudo se ha pasado tres años intentando convencer a un escultor, para que le tallara una réplica exacta de la bulba de su esposa,
a partir de una serie de fotografías que había tomado durante los 50
años de feliz matrimonio que pasó con ella. Y firma que “de esta manera,
siempre estará conmigo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario