lunes, 12 de diciembre de 2011

Cuando una mentira se volvió un estilo de vida..

En el invierno de 1920, una señorita fue rescatada de sucidarse en las frías aguas del río Spree, sin nombre y familia, convirtiendo su historia de ser cierta, en un cuento realmente fascinante.
¿Quién era Anna Anderson?

Cuando fue encontrada, la joven se negaba a decir quien era, por lo que fue llevada de inmediato a un centro para enfermos mentales. Así que se le denominó Fräulein Unbekannt, que significa “señorita desconocida” en alemán.

Fue en ese momento cuando empezó a proclamar que ella era Anastasia Romanov, la más joven de las hijas del difunto Zar Nicolás II de Rusia.

Anastasia era la más inteligente y alegre de todos los miembros de la familia Romanov. Ella fue cruelmente asesinada junto a su familia, convirtiendo su fallecimiento en un mito, que al aparecer decenas de mujeres afirmaban ser la verdadera Anastasia pocos años después de su ejecución.

Anna Anderson, aseguraba ser una de las hijas de Nicolás II y Alexandra, a la que Tsachaikovsky, uno de los soldados encargados de fusilarlos, le había ayudado a curar sus heridas y a escapar.

Anna Anderson tuvo seguidores, como Tatiana Botkin, hija del doctor de la familia imperial que fue ejecutado con ellos, había visto a Anastasia durante su encierro en Tobolsk y creía en la versión de Anna.

Anna pasó el resto de su vida intentando demostrar lo que decía. Con frecuencia era internada en sanatorios y hospitales, y se casó con un estadounidense en 1919. Murió en 1984, en Alemania tras una grave pulmonía. Tenía 83 años.

Pero en 1991, la historia dió un giro inesperado, cuando se localizaron la fosa donde sepultaron a la familia de Nicolas II, no se encontraron los cuerpos de los dos menores del Zar. Fue hasta 2007 cuando una nueva tumba descubrieron dos cuerpos y tras exhaustivas pruebas de ADN se confirma que se trataba del cuerpo de Alexei, hijo menor, y de Anastasia. Ambos murieron en 1918. Sin más que decir, Anna Anderson fue una astuta artista del engaño.

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