miércoles, 20 de julio de 2011

Una planta que sobrevive después de millones de años..

La historia del "Solitario George del Reino Vegetal", en donde está condenado a desaparecer por ser la única planta de su especie.
La planta más solitaria del mundo

Un 1895, mientras caminaba por el bosque de Ngoya en Zululandia, Sudáfrica, un botánico llamado John Medley Wood vio un árbol muy extraño. Se sentó en una pronunciada pendiente y se fijó que la planta era diferente a los demás, tanto con su ancho tronco, como sus hojas que parecían a la de las palmeras.

Y fue entonces que el Dr. Wood tomó varios tallos y mandó uno a Londres. Esos pequeños tallos fueron puestos en una caja y se fue a La Casa de la Palmera en el Real Jardín Botánico de Kew. Allí se quedó, sola, durante los siguientes 98 años.

Llamado Encephalartos woodii, en honor al Dr. Wood, es una cícada. Las cícadas son un orden muy antiguo de las plantas y esto convierte a esta, aún en Londres, en uno de los últimos árboles de su tipo en el planeta y la última en crecer en estado salvaje.

Hace doscientos millones de años, las cícadas estaban en todas partes. Los bosques de cícadas iban desde Groenlandia hasta la Antártida. Los grandes dinosaurios se alimentaban con ellas.

De alguna manera E. woodii sobrevivió a la catástrofe que exterminó a los dinosaurios, a las cinco eras de hielo y además aprendió a convivir con nuevos árboles más grandes, con frutos y flores, reduciendo su número progresivamente hasta quedar solo uno.

El problema es que estos árboles no se pueden fertilizar a sí mismos. Algunas plantas contienen partes masculinas y femeninas en el mismo espécimen. Pero no en el E. woodi, ya que necesita una pareja para reproducirse.

Cuando una cícada está lista para reproducirse, le crece un largo y colorido cono con polen o semillas. La forma de señalar que está preparada es emitiendo calor u olores atrayentes a los polinizadores. Una vez fecundado, el cono es devorado por animales, como por los dinosaurios y pterosaurios a murciélagos, pájaros.. etc.

El árbol de Londres y sus clones que crecen actualmente en todos los jardines botánicos del mundo son machos. Puede crear polen, pero no puede hacer las semillas. Para ello necesita a una hembra.

Los investigadores han explorado el bosque de Ngoya y otros bosques africanos, buscando un E. woodii que pudiera aparearse con el de Londres. No han encontrado ni un solo espécimen. A menos que exista en algún sitio una hembra, E. wodii nunca se apareará con una de su especie. Puede ser clonado, puede tener una aventura ocasional con una especie cercana, pero el árbol que se encuentra en Londres no puede producir una descendencia real.

E. woodii de Londres se encuentra allí, a la espera de un milagro de la llegada de su compañera. Seguramente este es el organismo se sentirá más solo que el Viejo George, envejeciendo y condenado a no tener descendencia. Nadie sabe cuanto tiempo vivirá.

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