Elizabeth Robinson era una adolescente, cuando pasó a la historia en los 100 metros planos de la olimpiada de Ámsterdam-1928.
La atleta que llegó de la muerte
Elizabeth Robinson, más conocida
como Betty Robinson, ha pasado a la historia de los
Juegos Olímpicos, por ser la primera mujer en conseguir
un oro en atletismo. Fue en Amsterdam 1928, cuando se
disputaron por primera vez las pruebas de atletismo para mujeres
en los Juegos. Betty Robinson ganó los
100 metros, imponiéndose a las canadienses Fanny
Rosenfeld y Ethel Smith sobre la misma línea de meta por
un ajustado margen.
Betty Robinson nació el 23 de agosto de 1911 en Riverdale, Illinois. y cómo suele
ser habitual entre las mujeres, su
entrada en el mundo del atletismo se produjó de una
forma casual. Sin tener contacto alguno con el deporte,
unos meses antes de la cita olímpica, mientras corría
para intentar alcanzar un tren en marcha, fue observada
por un profesor de educación física. Su velocidad le
llamó particularmente la atención y le propuso empezar
a entrenar para mejorar su estilo. Robinson aceptó. Y desde entonces empezó a ganar todas las pruebas en su categoría.
En las olimpiadas de Amsterdam en 1928, estaba tan nerviosa que se puso dos zapatillas
de su pie izquierdo. Se cambió y una vez escuchó el pistoletazo de los
jueces salió disparada y volvió a parar 12,2 segundos después, con nueva
marca mundial, la medalla de oro y fue la primera mujer campeona
olímpica en la prueba reina del atletismo.
Pero la historia no comienza todavía, ya que en 1931, cuando se preparaba para defender el
título en los Olímpicos-1932, el avión en el que viajaba con una prima
se accidentó cerca de la ciudad de Harvey en Illinois (EE. UU.).
El cuerpo de Elizabeth fue puesto en el baúl
de un carro y trasladado a una funeraria. Cuando el empleado la iba a
preparar para el entierro descubrió que estaba viva. Fue trasladada al
hospital, en el que estuvo inconsciente durante siete meses.
Los
médicos le pronosticaron que no sólo no podría volver
a competir, sino que ni siquiera volvería a caminar. Por
culpa de esto no pudo participar en los Juegos Olímpicos
de Los Ángeles 1932, celebrados en su país.
Sin embargo, la fuerza de voluntad, sacrificio y constancia en sus ejercicios de
recuperación, le permitieron volver otra vez al
atletismo y conquistar una nueva medalla de oro en los
Juegos de Berlín 1936, formando parte del equipo de
relevos de 4x100 metros. No podía competir en la prueba
individual ya que, debido al accidente, una de sus
rodillas estaba algo dañada y eso le impedía hacer bien
la salida agrupada. En cambio en los relevos no había
ese problema, al ser la salida lanzada.
Tras los Juegos de Berlín se retiró del atletismo. En 1977 fue incluida en el Salón de la Fama del atletismo estadounidense. Betty Robinson falleció el 18 de mayo de 1999 en Denver, Colorado, a la edad de
87 años, tras haber sufrido cáncer y mal de Alzheimer.
En el parque principal de Riverdale hay una placa que recuerda sus triunfos.
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