Las series de televisión disputan la hegemonía del arte de narrar a
la novela, que ha perdido su antigua capacidad de influir en una cultura
cada vez más fragmentada
La
muerte de la novela
El estudioso francés Jean Suberville, llegó a
enumerar hasta 30 tipos de novelas, entre las que destacamos las deportiva, de capa y espada, de
animales y hasta de vampiros. Hoy la novela negra, la histórica y últimamente la erótica,
han tomado el relevo.
Respecto a la posible competencia del cine, la televisión e Internet,
en el campo de la narrativa, se augura una buena convivencia. Puede que lo audiovisual se imponga y se haga masivamente cargo del
acto de contar historia, pero no quiere decir que la novela se acabe.
Seguirá su camino. Lo que ocurre es que la novela ha sido la reina durante un par de siglos y puede que deje de serlo, sin dejar de
tener la misma calidad de siempre. Lejos quedaron, en efecto, los tiempos
en que la popularidad de la novela de Victor Hugo consiguió que Notre
Dame, se restaurara según lo inventado por el escritor, en lugar de
atendiendo a la traza original. Más que el cine, los escritores
están martilizandose entre los superhéroes y los efectos especiales.
Según el crítico literario Suberville, el
género ha sobrevivido por tres vías. Una: “novelizando” las series de
televisión. Dos: reconfigurando los grandes productos de Hollywood en
sagas, y Tres:
consiguiendo que la novela gráfica haya relegado al álbum, como género
fundamental del cómic. Una victoria que lleva dentro su propia derrota:
“La narratividad ha ganado la partida, pero la novela ya no es el lugar
en el que se plantean las transformaciones sociales. Por no hablar de
que el libro ya no puede arrogarse el monopolio de la literatura.
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