Unas monjas de una capilla en Loreto, jamás se imaginaron que construir una escalera en su estancia, sería uno de los misterios jamás revelados hasta la fecha.
La escalera de caracolLa capilla no era grande y cuando la construyen pensaron que no había espacio suficiente para ubicar una escalera convencional. Las hermanas de Loreto consultaron a arquitectos, carpinteros y todos decían que no era posible construir una escalera, no había espacio.
Las hermanas de Loreto no se desanimaron y siguieron buscando el técnico que les pudiera construir la escalera, mientras tanto pidieron ayuda a Dios a través de una novena. Rezaron y rezaron unidas durante 9 días pidiendo a Dios poder solucionar su problema.
Al noveno día apareció un hombre que les pedía trabajo, era un carpintero de México. Le comentaron necesitaban una escalera y el hombre acepto el encargo que otros habían rechazado. El carpintero apenas tenía herramientas, pero no dejo de trabajar durante meses en la escalera.
Una mañana las hermanas entraron en la capilla y allí estaba la escalera. Una maravillosa obra, una escalera de caracol. Una escalera sin soporte central de casi 7 metros, con dos giros de 360º. La escalera tenía 33 escalones justo la edad de Jesucristo.
Las hermanas buscaron al carpintero pero no lo encontraron, el carpintero se marchó sin cobrar por su obra.
Nadie daba razón del carpintero, nadie lo había visto. Años más tarde un carpintero europeo hijo y nieto de carpinteros al visitar la capilla comentó su abuelo había estado viajando por México y trabajando en una escalera justo en esa época, pero las hermanas de Loreto dudaron si esto era cierto.
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