Llamaron a la madre del trabajo con urgencia y las niñas cruzaron la carretera solas sin tomar precauciones. Nada más girarse la madre escucho un tremendo golpe. Eran sus hijas, habían sido atropelladas por un auto. Las dos habían fallecido.
Aunque esto había mitigado el dolor de la familia, la madre aún recordaba con espanto la perdida de sus dos hijas, le tenía pánico a la carretera. Y casi estuvo a punto de tener razón de nuevo.
A pesar de prohibirles expresamente a las niñas acercarse a la carretera. Un día las dos niñas estaban jugando y decidieron cruzar la carretera. No venía nadie en ningún sentido, no había peligro. En el último momento apareció su madre que chillando muy alterada, les dijo que no cruzaran, a lo que las niñas respondieron al unísono: - ! mamá Si no pensábamos cruzar,… ya nos atropellaron una vez y no volverá a ocurrir…!
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