Una mujer que sufre cáncer terminal gasta sus
32.000 dólares, los ahorros de toda su vida en unos cuantos días, para
dejarles recuerdos familiares a su hijas, pero luego le dicen que se ha
recuperado.
Sufría cáncer terminal, gasta todos sus ahorros y luego le dan el alta
Lisa Russell, una enferma terminal de cáncer de pulmón, se comprometió a dar a sus dos hijas el mejor año de su vida.
Así que la señora, de 37 años, se casó con su compañero e hizo una
fiesta de lujo, que duró tres días. Incluso planeó su propio funeral
y escribió cartas de despedida a sus hijas que abrirían después de su
muerte. A Lisa le dijeron sólo
18 meses de vida. Pero tres años después del diagnóstico, la sentencia de muerte se levantó, ya que su cáncer había desaparecido inesperadamente.
Aunque era incurable, la quimioterapia podría darle otros 18 meses de
vida. Ella sufrió muchísmimo a causa de la muerte de su madre, quien se
quitó la vida a causa de una profunda depresión, Lisa tenía sólo cinco
años, así que no quería que la historia se repitiera. Cuando ella tenía
13 años su padre sufrió un ataque al corazón, de modo que la criaron sus
hermanos mayores.
Para que la recordaran con cariño gastó sus ahorros, en la boda, en un viaje a Turquía y a Bulgaria, viviendo unas vacaciones de ensueño.
En abril del año pasado, a tres años después de su diagnóstico
original, Lisa fue para una biopsia de rutina y se le dió la
sorprendente noticia de que su tumor se había reducido tanto que los médicos no pudieron encontrarlo.
A ellos no les preocupa para nada haber gastado tanto en esos
inolvidables recuerdos, están agradecidos por seguir con vida, aunque sí
vigilan el cáncer porque podría regresar.
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