En Balvano, Italia, entre el 2 y el 3 de Marzo de 1944, la zona de Potenza fue testigo de una terrible catástrofe, cuando un tren se detuvo en mitad de un túnel cerca de Salerno, mueriendo 520 pasajeros, asfixiados por inhalación de monóxido de carbono.
El desastre del Tren de BalvanoEl gobierno ocultó este accidente y no fue revelado en su totalidad, tan solo una breve mención, en un periódico local el 7 de Marzo, sin dar mayores detalles ni cifras de muertos, ni se señaló el lugar exacto de la tragedia. Sin embargo y a pesar de su poca repercusión mediática, fue una de las peores catástrofes en la historia de los ferrocarriles de Italia y del mundo.
Aunque la guerra llegaba a su terminación, los pocos trenes que aún viajaban por las vías italianas solían ser militares o de trasporte de mercancías. Por este motivo la gente tenía que subir como polizones en los vagones sin vigilancia y escapar de los controles que la policía militar establecía en diversos puntos del recorrido. Incluso algunas veces debían sobornar con pequeñas cantidades a los maquinistas para que hicieran la vista gorda.
Muchos de los viajeros tomaban un tren de madrugada con la intención de comprar alimentos y otros bienes en zonas rurales y regresar con ellos a la ciudad de Nápoles la tarde siguiente para venderlos en el mercado negro. Esta era la forma de salir de la pobreza de muchas familias que se encontraban desesperadas por la hambruna que la guerra había traído a todo el país.
El día de la tragedia de los cuarenta y siete vagones que remolcaba, tan solo doce estaban cargados y además veinte de ellos eran abiertos, así que no es de extrañar que rápidamente subieran al tren aproximadamente 650 pasajeros “no deseados”. La tragedia ocurrió cuando se encontraba cerca de Balvano, un pequeño pueblo entre dos largos túneles de los montes Apeninos. Aproximadamente a las 23:40 el tren detuvo su marcha seis kilómetros mas adelante de un apartado apeadero.
Los informes sobre el motivo por el que se detuvo resultan contradictorios. Al parecer delante del 8017 y en la misma vía se había parado un tren averiado, los maquinistas tuvieron que liberar presión de las calderas y esperar la orden de la estación para reanudar su marcha. Aproximadamente a las 0:15 del día 3 de Marzo se dio vía libre para proseguir el viaje, el jefe de la estación de Balvano dio la señal de marcha para que avanzaran hasta la próxima estación situada a tan solo ocho kilómetros de aquel lugar.
Pero el tren jamás llegó, asustados por el hecho de que un trayecto que no podía requerir mas de veinte minutos les estaba retardando mas de dos horas y cuarto, el jefe de estación de Balvano envió al guardafrenos Giuseppe de Venuto para averiguar cual era el problema. A las 5:40 regresó a la estación llorando desconsolado afirmando que “¡Todos están muertos!”
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