El pobre camarógrafo que sólo hace su trabajo, nunca se imaginó sufrir un ataque del águila, donde se ven sus enormes garras.
Aguila pide que respeten su privacidad
Y es que estas aves están en peligro de extinción, por lo que sobrevivir lo llevan en la sangre... Esperemos que haya prendido la lección DE NO MOLESTAR, del rey de los cielos..
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