Nadie imaginó que detrás de semejantes crímenes, se escondía Daniel
Camargo Barbosa, un misógino que había conseguido violar y estrangular a 71
víctimas, en el tiempo que estuvo en Ecuador y, según se presume, a unas
150 en la totalidad de su trayectoria criminal.
Camargo Barbosa-La bestia de los Manglares
Daniel
Camargo Barbosa nació un 22 de enero de 1930 en algún lugar de los
Andes Colombianos (no se conoce con certeza su procedencia exacta).
Antes de cumplir un año su madre murió y, posteriormente, su padre se
casó con una mujer que tenía problemas de fertilidad y un obsesivo e
insatisfecho deseo de tener una hija, deseo que, al no poder cumplirse,
le ocasionó trastornos mentales y un comportamiento anómalo del cual
el pequeño Camargo fue víctima. Así, su madre lo vestía de mujer
frecuentemente, lo obligaba a ir de esa forma al colegio (donde todos se
burlaban de él) y a veces lo castigaba atrozmente clavándole
alfileres. Su padre, las pocas veces que trataba con su hijo solía ser
para propinarle brutales palizas.
Ya de adulto, Camargo conoció a una mujer llamada Alcira con la que
tuvo dos hijos, a la cual terminó abandonando cuando conoció a
Esperanza, una chica de 28 años con la cual se había hecho muchas
ilusiones llegando incluso a desear casarse con ella; esto sería el
detonante del lado criminal de Camargo, no sólo porque Esperanza no era
virgen sino que, además, sin que hubiera pasado mucho tiempo en su
relación la descubrió en la cama con otro hombre.
Así empezó su vida criminal y junto con Esperanza, a través de engaños, llevaba chicas al apartamento de
Camargo, dándoles allí cápsulas de seconal sódico para que se durmieran
y Camargo pudiese desflorarlas. Cinco fueron las violaciones (sin muerte todavía) que Camargo logró
con la ayuda de Esperanza hasta que la quinta
víctima, que era apenas una niña, descubrió que había sido violada
mientras dormía en el departamento de Camargo e, indignada y asustada,
contó lo sucedido y Camargo y su novia fueron denunciados y enviados a
distintas prisiones en 1964.
Todo parecía indicar que Camargo sería
sentenciado a sólo tres años, aunque después la causa subió en grado y
el nuevo juez, más severo que el anterior, le condenó a ocho años tras
las rejas, lo cual destruyó el propósito inicial de Camargo de
regenerarse (había jurado regenerarse) y le llenó de rabia y odio hacia
la sociedad y su justicia.
Cárcel de Gorgona, una pequeña isla/prisión de la
que Camargo escapó remando durante tres días sobre una pequeña barca.
Sin comida ni agua
En efecto, se lo condenó a permanecer 25 años en la prisión de la isla
Gorgona, una especie de versión colombiana de Alcatraz de la cual,
hasta la fecha, ningún criminal había escapado. Díez años estuvo
Camargo en esa isla volcánica de 28 kilómetros cuadrados situada en el
Pacífico de Colombia, pero la tarde del 23 de noviembre de 1984 Camargo, en uno de sus paseos,
descubrió una pequeña barca abandonada, y no se lo pensó dos veces;
empezó a remar con la desesperación del superviviente. Sin alimentos ni
agua remó sin descanso durante tres días hasta que divisó las costas
continentales.
La ola de terror que sacudió a Ecuador se inició un
18 de diciembre de 1984 con la desaparición de una niña de nueve años
en la ciudad de Quevedo, al día siguiente continuó con la desaparición
de otra niña de diez años. Poco a poco los cadáveres de las jóvenes
vírgenes fueron apareciendo con huellas de machetazos, cuchilladas,
estrangulaciones y signos de violación. Aparecían desnudas, en parajes
llenos de vegetación, generalmente en la vía Perimetral y en la vía
Nobol.
Penal García Moreno donde el asesino fue encarcelado y asesinado.
Un 26 de febrero de 1986, minutos después de violar y asesinar a
Elizabeth Telpes de 9 años de edad, una patrulla de la Interpol lo vio
mostrando un comportamiento sospechoso a la altura de la avenida de Los
Granados, una calle de Quito. Cuando los dos policías se bajaron para
examinar al sospechoso, lo que hallaron los dejó sorprendidos: allí,
en la bolsa de pertenencias de Camargo, estaban las ropas ensangrentadas
de quien evidentemente había sido una pequeña e inocente niña e inmediatamente lo detuvieron.
Posteriormente
María Alexandra Vélez, una chica guayaquileña que se salvó del
violador, identificó a Camargo cuando fue llamada a testificar. Aunque
no sería necesario para condenar a Camargo, ya que él mismo se declaró
culpable sin cómplices un 31 de mayo de 1986, admitiendo 71 asesinatos y
violaciones y mostrando con espantosa frialdad a la Policía los sitios
en que dejó los cadáveres de sus víctimas.
Fue trasladado al Penal García Moreno de
Quito para cumplir la máxima pena que existía y aún existe en Ecuador:
16 años, un castigo insignificante para la escalofriante trayectoria
criminal de Daniel Camargo Barbosa.
No obstante La Bestia de Los Manglares no duraría muchos
años más encarcelado pues el 13 de Noviembre de 1994 moriría asesinado
por el recluso Luis Masache Narváez de 29 años (familiar de una víctima
de Camargo).
Cuentan que era un tranquilo domingo de visita cuando, estando
Camargo sentado en su celda, Luis Masache entró súbita e
inesperadamente, lo agarró con violencia del pelo haciéndolo
arrodillarse, lo miró y le dijo: “llegó la hora de la venganza”. Acto
seguido le dio ocho puñaladas. Ya muerto el violador de vírgenes,
Narváez bebió cuanto pudo de su sangre (antes de que lo detuvieran)
inspirado en la creencia de que así el espíritu maldito de la víctima no
lo seguiría. Ese fue el fin de Daniel Camargo Barbosa, cuyos huesos
yacen en la fosa 798 del cementerio El Batan.
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