A 100 años del hundimiento del Titanic, aún hoy se siguen tejiendo historias en torno a él, muchas de las cuales están basadas en hechos reales, como el caso de Violet Jessop, una superviviente de la "Mole del mar".
Violeta Jessop y los 100 años del TitanicViolet Jessop nació en Argentina y era descendiente de inmigrantes británicos. Durante su infancia y contra la opinión de los médicos, sobrevivió a una tuberculosis. Tras la muerte de su padre, retorna con su familia a Inglaterra, donde tras enfermarse su madre, busca trabajo en las compañías navieras como camarera. Tras servir en otros barcos, es seleccionada por la White Star Line como camarera de su barco estrella, el Olimpic. Cuando este lujoso y moderno barco sufre un accidente con un crucero británico, ella se encontraba a bordo.
Cuando en 1912 hace su aparición en escena el Titanic, ella solicita ser incorporada a la tripulación del mismo. El 14 de abril de ese año, el Titanic choca con un iceberg y comienza a hundirse, mientras ella dormía. En sus memorias ella relata de este modo como logra salvar su vida: “Me ordenaron que subiera a cubierta. De manera calmada, los pasajeros caminaban. Me reuní con otras camareras, mirando a las mujeres que abrazaban a sus esposos antes de ingresar a los botes con sus hijos.
Un poco después, un oficial del Titanic nos ordenó que abordáramos el bote, en un primer momento, a efecto de mostrar a las mujeres que era seguro. A medida que el bote descendía, un oficial me dijo: ‘Señorita Jessop, tenga. Cuide a este bebé’. Y me arrojó un bulto al regazo.” Tras ocho horas en el mar, los sobrevivientes del bote donde se encontraba Violet Jessop fueron rescatados por el Carpathia. Ya a bordo del barco, una mujer se le acerca y toma al bebé. Se cree que la madre había dejado al bebé en la cubierta del Titanic mientras hacía alguna cosa, mientras que un miembro de la tripulación, creyéndolo abandonado se lo alcanzó a Violet para que salvara su vida.
En sus relatos, Violet Jessop explica que no entiende por qué no se detuvo un instante para darle las gracias. La identidad del bebé nunca fue develada, aunque cuando ya se encontraba retirada, Violet recibió una extraña llamada telefónica, en la que le preguntan si ella era quien había salvado un bebé en el hundimiento del Titanic, y tras contestar que si, el extraño le dijo “ese bebé soy yo” y tras reír, colgó.
Por increíble que parezca, cuando se desata la Primera Guerra Mundial, Violet se enrola en la Cruz Roja y se embarca en el Britannic, el otro hermano del Titanic, que había sido requisado por la armada británica para convertirlo en barco hospital. De esta forma, sirve durante la guerra en el Mediterráneo. En 1916, mientras se encontraba realizando su misión en el Egeo, el Britannic sufrió una fuerte explosión que abrió un rumbo en su casco bajo la línea de flotación y comenzó a hundirse. Sin que se hubiera dado la orden de abandonar el barco, algunos tripulantes entre los que se encontraba Violet, iniciaron la evacuación en dos botes salvavidas con el buque en movimiento, lo que provocó que las hélices arrastraran a las pequeñas embarcaciones y las destrozara.
Poco antes del impacto, Violet se tiró por la borda y su cabeza impactó contra el casco del barco, por lo que perdió el conocimiento. Antes de que su cuerpo inerte se hundiera en el mar, fue rescatada por otro tripulante. Tiempo después, y tras sufrir fuertes dolores de cabeza, los médicos le dijeron que había sufrido una fractura en el cráneo.
Tras finalizar la guerra, siguió sirviendo como camarera en los transatlánticos. Cuando en uno de sus últimos viajes, el Olympic chocó contra un pequeño barco faro matando a siete de sus once tripulantes, Violet se encontraba a bordo. Siguió sirviendo en cruceros hasta su retiro en 1950 y falleció en 1971 como consecuencia de un ataque cardíaco, mientras vivía una tranquila existencia en una pequeña casa de campo.
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