La mayoría de las personas no tienen idea quién era Helen Kane, pero sí de su imagen, que acabó convertida en uno de los más grandes iconos del mundo del comic.
La actriz que terminó como muñeca
Helen Kane fue la cantante en quien se fijó Max Fleischer para crear a su inmortal Betty-Boop. Su carita redonda enmarcada en unos rizos negros, sus grandes ojos y sus labios de pitiminí, junto a su corta estatura de 1,55mtrs y redondeadas formas, representaban el ideal de belleza femenina de la época. Sin duda alguna, ella causaba furor en los años 20.
Siguiendo la práctica habitual de la animación de aquellos años, el personaje de Betty-Boop nació siendo un perro caniche francés que iba acompañado de otro perro llamado Bimbo. Después de algún tiempo el personaje se fue humanizando hasta convertirse en la Betty que todos conocemos.
La relación de Helen Kane con Betty-Boop no fue demasiado buena. La Paramount, que era el estudio de ambas, dejó paulatinamente de apoyar la carrera de la cantante para centrarse en la del dibujo animado haciendo que la fama de Helen decayera a la misma velocidad que la de Betty-Boop subía. Helen acabo llevando a la Paramonut y a Max Fleicher a los tribunales por apropiacion indebida de la imagen entre otras cosas. Pero Helen centro la demanda en que Betty-Boop imitaba su estilo de cantar, con voz aniñada pero arrastrando un deje de Brooklyn que volvia loco al personal. El juez considero que habia mas aritstas que usaban ese modo de cantar por lo que no veia motivo para la demanda, asi que Helen perdio el juicio.
Helen Kane en 1930 cuando comienza el declive de su carrera. Su vida siguió en la música y en los escenarios pero nunca volvió a tener el éxito que tenía antes de la aparición de Betty-Boop.
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