Y es que para todos los ecuatorianos no hay pan duro. Aunque hay de todo precio, que se manejan dependiendo el local, entre $0.08 y $0.15 centavos. Pero este comentario va más allá, que el rico olor a pan caliente me lleva a cuestionar: ¿Pan colombiano o Pan de Ambato?
Desde que tengo uso de razón, el dulce ha sido uno de mis debilidades culinarias. Más aún, el pan de dulce es el principal complemento en mi desayuno de cada día. Por tal razón, he probado cúanto pan vago que encuentre en Guayaquil. Eso sí, no se comparará nunca con los enrollados hechos en horno de leña en Ayangue.
Por eso, aunque no soy aficionado del pan colombiano (su masa es dura) su sabor es diferente a los demás. Desde las rosquitas hasta las de molde tienen pasas que dan miedo. Aunque algunos están bañaditos en azúcar, su tamaño se me queda en la muela.
En cambio nuestro pan de Ambato hace méritos de ser el mejor. Tiene su textura y su aroma provoca meterle el diente. Su proporción engatusa los ojos, pero al bolsillo no, ya que en algunos locales los venden a $0.15 centavos, sin embargo vale la pena probarlos.
Así que, cuándo el desayuno matutino llame a la mesa, de seguro no habrá pan malo.. ¿Cuál es su favorito?
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