En aquel día histórico, el comandante Neil Armstrong se convertiría en el primer hombre en pisar la Luna, mientras que Collins permaneció en el
módulo y no llegó a tocarla a pesar de tenerla tan cerca...
Las diez curiosidades
sobre la llegada del hombre a la Luna
1. Los cohetes del Apolo llevaban suficiente combustible como para
lanzar partículas de hasta 45 kg de peso a una distancia de 4,8 km, así
que, por si todo explotaba en el despegue, los invitados VIP fueron
acomodados a una distancia prudencial de 5,6 km de la rampa de
lanzamiento.
2. Los ordenadores de a bordo, tenían menos capacidad de procesamiento que un moderno teléfono móvil.
3. Los efectos de la defecación y de la micción en gravedad cero no
fueron tomados con suficiente consideración, y uno de los astronautas
tuvo que trabajar con antidiarreicos para evitar los efectos
desagradables.
4. Al separarse el módulo lunar del Apolo 11, la cabina estaba
totalmente despresurizada, originando un estallido de gas equivalente al
del tapón de una botella de champán, que desplazó el módulo a 6,4 km
del objetivo previsto.
5. Neil Armstrong, el piloto, casi se quedó con combustible al alunizar, y muchos temieron que se estrellara.
6. Luego, Armstrong tuvo que dar un salto de un metro de altura desde
la escalerilla del módulo hasta la superficie. La razón fue que su
aterrizaje había sido tan suave que los amortiguadores no se habían
comprimido.
7. Cuando Buzz Aldrin se unió a Armstrong en la superficie, tuvo
mucho cuidado de no cerrar la escotilla del módulo: no había manija
exterior para luego abrirla de nuevo.
8. La tarea más dura de todas en la superficie lunar, fue nada menos
que plantar la bandera americana. A pesar de que los estudios sugerían
que el suelo de la Luna era blando, se dieron cuenta de que bajo una
fina capa de polvo había roca dura. Finalmente consiguieron clavar el
asta para que pudiera realizarse la transmisión, pero por los pelos.
9. La bandera había sido fabricada por Sears, pero la NASA se negó a reconocerlo.
10. La cámara de aire interna de los trajes espaciales, así como los
chips ROM del ordenador de a bordo, fueron confeccionados a mano por
equipos de mujeres mayores.