Eso fue lo que pensó Audrey Ferguson, de 51 de edad y residente del condado de Dorchester, Carolina del Sur (EE.UU.). que por 7 años utilizó la ambulancia para desplazarse de su casa a otro condado.
Viajaba en ambulancia como si fuera taxi
Y no lo hizo una o dos veces sino en más de 100 ocasiones. ¿Pero cómo le hacía?
Modus operandis:
- Llamar al 911
- Presentar queja confusa sobre su estado de salud
- Al llegar los paramédicos se quejaba, necesitaba examanes médicos para diagnosticar su estado
- Pedía ser llevada a un hospital para implementar las pruebas necesarias, ubicado en el centro de Charleston
- Ya en el hospital salía sin realizarse ningún examen alegando sentirse mejor.
Paso suficiente tiempo antes de que el servicio local de emergencias checara su historial y la denunciaran ante las autoridades.
Así que por última vez Ferguson volvió a repetir su rutina en el mes de
abril. Aunque en esta ocasión la cacharon con las manos en la masa,
pues al salir del hospital llamó a su hijo para pedirle que la llevara
más tarde a casa, pero no sucedió pues tras la llamada fue arrestada.
La excusa fue que no tenía auto, pero como su seguro médico cubría los desplazamientos en ambulancia, para ella era la única forma de ir de una ciudad a otra.